La segunda noche del festival se dio en un marco de muy poco público.

Pese a la escasa concurrencia del público se llevo se desempeñó la segunda velada coscoína. El maestro de ceremonias, Marcelo Simón, abrió recordando y dedicándole la noche a María Elena Walsh a traves de una citan que decía: “el idioma de la infancia fue un secreto entre los dos”. Además agregó que deseaba ver el fuego “no artificial” que fluiría con el transcurrir de la programación. Mientras tanto los fuegos artificiales estallaban y dejaban una estela de colores luminosos que pintaban de un modo efímero el firmamento.

Con casi dos horas de iniciada la noche Paola Bernal se adueñó del escenario y dio a conocer a los presentes material que integrará su tercer disco como solista. Se llamará “Pájaro Rojo” y posee este título ya que fue concebido en principio en Paris en el estudio de grabación que posee el músico argentino Pájaro Canzani. Sus nuevos temas poseen un formato conceptual que juegan con lo latinoamericano.

Cabe destacar que los músicos que la acompañan le aportan un lado eléctrico de lo que venía acostumbrando la artista coscoína, pero nunca dejó de lado su bombo legüero que la acompaña a toda presentación en vivo que realiza.

Posteriormente le toco el turno a los Los Manseros Santiagueños que orgullosos volvieron a tocar a Cosquín con la buena noticia de que estaban cumpliendo sus 50 años de trayectoria. Sin embargo la actuación fue truncada a la mitad ya que la agrupación tenía estipulada un tiempo límite de presentación y al no permitirles continuar como lo deseaba el público varios de los músicos se vieron disconformes en escena. Así lo dejaron en claro en la conferencia de prensa y expresaron que “no hay que dejar caer nuestra música ni nuestra cultura argentina”.

Mas tarde el show de Victor Heredia fue adelantado aproximadamente una hora. El cantautor dejó en claro que todavía recuerda a Mercedes Sosa y la homenajeó con “Razón de Vivir”.

De este modo la madrugada quedó solamente para César Isella, Mavi Díaz, la calidad vocal de Los Caldenes y el grupo chileno illapu. Las dos últimas agrupaciones hicieron vibrar la plaza con un alto nivel musical, que fue digno de ser programado para mas temprano. Pero los tiempos del festival les dieron los últimos lugares y tampoco tuvieron espacio para la televisión.

Por Lionel Nadir Rodríguez