La legendaria banda inglesa se presentó después de 2 años de su última visita por Córdoba. Esta vez, Motörhead presentó su último cd, Kiss of Death, el cual se estuvo presentando a lo largo de algunos países de Sudamérica en el “Tour a Través del Tiempo”.

La noche empezó con una mala noticia, la bajada de una banda soporte hacia notar las diferencias con la organización. Lo mismo el público comenzó a hacer una larga cola a lo largo del Boulevar. Las Heras, a pesar de la incesante llovizna y del intenso frío que hacía afuera de Palm Beach.

En las inmediaciones del lugar se podía observar un gran despliegue de seguridad, ya que en la calle que divide Palm Beach y el Complejo Viralo, se hacía imposible ingresar por las vallas instaladas por la gente de seguridad con el fin de cuidar el equipo electrógeno que estaba a la intemperie. Dándonos indicios de que íbamos a presenciar un show potente.

Ya para las 22:10 y en el interior del precinto, junto a miles de espectadores ansiosos por el inicio, se presentó Lemmy Kilmister diciendo repetidas veces: “Griten”. Así fue que empezó una inolvidable noche de la mano de la legendaria banda inglesa, que múltiples veces al conteo de one, two, three, four (y a veces five) el público respondió a coro las arengas que realizaban los músicos de Motörhead.

Antes de tocar cada temas, Lemmy hacía una introducción aclarando un poco el origen de cada uno, pero él no fue la única estrella sobre el escenario, Michael Mickkey Dee se levantaba de su banqueta para dar señal de que no escuchaba al púlbico. De esa forma el gran baterista hizo su clásico solo de varios minutos en "Sacrifice", que a más de uno dejó boquiabierto y con las manos aplaudiendo.

Por ahí en medio de los temas se veía un cambio de instrumentos pero lo que más sorprendió fue cuando Lemmy y Phil Campbell lucieron sus instrumentos signatures rojos que tenían como una terminación en forma de llamas.

La euforia desatada por parte del publico minuto a minuto, dieron buena señal para que luego de que Lemmy dijera “esta es la última canción”, siguiesen tocando un Acústico ("Roadhouse Blues") en el que hizo parar al guitarrista Phil Campbell de su silla. En los momentos más eléctricos y energéticos del recital, un admirador inválido fue trasladado y levantado en el medio del pogo.

Sí, después de 32 años de carrera, Motörhead tiene estado físico para tocar un poco más de una hora y media. Así de esta manera se presentó su último trabajo discográfico titulado Kiss of Death. El mismo tiene las participación especial de C.C. Deville, guitarrista de LA Guitar-God y de Mike Inez, bajista de Alice in Chains.

Además el disco contiene como último tema a “R.A.M.O.N.E.S.”, rememorando el tributo hecho años atrás a los ya fallecidos miembros de Ramones. Recordemos que en 1994 realizaron una gira compartiendo escenario junto a los Ramones en la cual visitaron Argentina. Esa misma fecha está registrada parcialmente en “Archivo Secreto” de Mal Momento, ya que hizo de soporte.

Cerrando con el review, Kiss of Death (el disco número 23 de la discografía) es un ejemplo de que las habilidades de la banda se mantienen frescas en su característico sonido, contando con buenos riffs en las guitarras de Phil Campell y los arreglos en las voces de Lemmy Kilmister, gracias a la producción de Cameron Webb.

En el show en vivo se presentaron pocos temas nuevos ya que Moörhead le dio mayor protagonismo a los grandes éxitos de la banda, entre los que se oyeron: Metrópolis, Sacrifice, Overkill, Ace of Spades, Killers, Another Perfect Day y Roadhouse Blues (Acústico).

Por Lionel Nadir Rodríguez

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