¿Alcanzará el Oxígeno?

Eli Suarez

Día del trabajador. Desde las nueve de la noche ya podían verse sombras que saltaban de la oscuridad de la costanera y se sumaban a la procesión que llegaba a Captain Blue XL cargando en mochilas y morrales vinos y cervezas para apagar el ardor de la espera. Es que la ocasión ameritaba un buen festejo: volvían una vez más a Córdoba Los Gardelitos, pero esta vez con la promesa de rememorar su discografía.

Los afiches de la calle anunciaban más Oxígeno mientras la radio prometía el regreso de los clásicos de la banda. Y cuando la prueba de sonido terminó por disipar las dudas, la espera se volvió intolerante y las gargantas no podían esperar por explotar en un canto colectivo, los cuerpos por agitarse en un gran salto, las banderas por desplegarse.

La cita era a las diez, pero con un toque casi dramático de retraso, a las once y media subieron al escenario Eli Suárez junto a Martín y Horacio Ale con sus eternos trajes de arrabal.

Con un uso casi monótono y mecánico del escenario pero con mucha fuerza en la voz, nos regalaron dos horas y medias de rock en el cual la gente pudo fundirse entre temas Oxigeno y temas Sudakas.

¿La acústica? Pasable. ¿La escenografía? Nula. ¿Los precios? Poco accesibles.
Y a pesar de todo, el lugar se volvió una verdadera fiesta de banderas, amigos, algún que otro pogo, aplausos, bailes y los clásicos cánticos (rezos) al eterno Corneta rocanroll.

Se acababa para muchos el tener que escuchar en vivo una vez más Oxígeno del primer al último track, con una recompensa casi obligada de regalar uno o dos clásicos entremetidos en el recital. (Y dadas las circunstancias y para colmo de males, con entradas a precios más elevados que el mismo cd).

Pero en este encuentro, una mezcla bien planeada y consistente nos permitió por primera vez realmente poder comparar a Gardelitos en vivo, con su pasado y presente para perfilar un futuro prometedor, o condenado.

Los acordes fuertes de Eli Suárez ya casi dejan en un recuerdo la suavidad acústica con la que Corneta acariciaba, para imprimirle una juventud fresca y potencia. La actuación y la escasa oratoria en el escenario de Eli Suárez aún están muy lejos de llegar al nivel de su padre. Las temáticas de las canciones todavía conllevan el mismo espíritu de lucha social, esta vez fundada en la crítica y concientización de una nueva generación digna de esta nueva faceta de esta banda.

El punto clave de Gardelitos y “su nuevo estilo”, es ser concientes que los temas de Oxígeno ya habían sido compuestos por Corneta antes de morir, con la idea de variar los sonidos de su tango-rock habitual.

Mezclas raras es el primer y único tema del nuevo cd compuesto totalmente por Eli Suárez; uno de los preferidos y el más coreado de los de Oxígeno durante este recital. Para quienes duden en la capacidad y potencial del nuevo líder de la banda, aquí reside la paradoja.

Sería mejor permitirnos pensar en la búsqueda de una nueva identidad y de nuevos sonidos, fundados en la misma esencia gardelita y una filosofía Cornetiana.

La lucha de una banda que se atreve (pocas quedan) a continuar sin acabar por convertirse en una banda tributo o en otra banda bajo una antigua bandera, implica convertir al nuevo líder no solo en cantante de temas viejos, sino en creador y compositor.

No. Oxígeno aún no alcanza para condenar o coronar a Eli Suárez, quien puede seguir experimentando con el legado de su padre y mixarse en nuevas mezclas raras. Pero su público pone una sola condición; que cada tema y cada recital despierten los sentidos hacia una verdadera Fiesta Sudaka.

Por Rossana Longo

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