Alika y Nueva Alianza

Larga noche, que terminó en lo que uno menos se espera.

Noche en la zona del chateau. Casi incomunicado, pero con ganas de ver a la exponente mas representativa del dancehall en Latinoamérica.

Luego de dos horas de charla y de esperar la apertura del local, decidí ingresar. Luces y sonidos se ocultan tras unas cortinas negras. Es el deseo de querer saber que hay detrás de esas telas tan llamativas.

Para mi asombro, el lugar no era tan pequeño como parecía pero tenía que encontrar a las personas que conocía. Encontrarlas entre todas las personas que bailaban a la par de la música de Martin Huergo y luego de ver rápidamente en todos los niveles, no era tan complicado como parecía.

Luego de la recorrida de reconocimiento de las pistas, encuentro las pocas personas que me esperaban. Al poco tiempo de estar dentro del recito, pude visualizar el arribo de los músicos de la Nueva Alianza. Una sonrisa se dibujó en mi cara y era el momento para disfrutar del tan esperado show.

Alika se mostró simpática, alegre y dispuesta a ceder el micrófono a los espectadores aunque sea tan solo por unos pocos minutos. Siempre ha sido parte de su show este feedback con sus seguidores, más que nada para mostrar de donde viene cada uno.

Pero con el correr de los minutos, la noche comenzó a teñirse de negro ni bien la cantante uruguaya notó que su lista de temas ya no estaba donde debería ser. Enojada y luego de haber visto que los fanáticos más próximos al escenario seguían como si nada, solicitó por medio de una rima improvisada que se la devuelvan. Sin siquiera recibir una sola respuesta continuó preguntando que tema querían y recurrió a una analogía haciendo “Costumbre de Matar” o mejor dicho “acá se va acabar la costumbre de robar”.

Además dijo que "Galang" significa “dale para adelante”, introduciendo su hit y dando por superado el incidente con la lista de temas.

Sin embargo eso no fue todo. Llegando alrededor de la decena de temas se comenzó a oír fallas en el sonido. Recordando un poco lo que fue el inicio del recital, pero esta vez casi ni se oía la voz.

Titi Rivarola en 990 Arte Club Pese a todo la cantante siguió arengando al joven público a que la ayuden a ponerle calor a la noche, y digo joven porque había niños entrando en la edad de la pubertad con latas de cerveza y bebidas alcohólicas en sus manos.

Hasta que sucedió lo mas triste de la noche. En ese momento nadie sabía porque Alika se retiraba del escenario sin ningún aviso y por qué los músicos comenzaban a desarmar todo su equipamiento en medio de un recital. Esto no puso muy a los espectadores que comenzaron con el abucheo y seguido el desalojo del boliche.

Desde este espacio de expresión reflexiono y me pregunto ¿a quién reclamarle la clausura del lugar?.

Por Lionel Nadir Rodríguez

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