Se ha llenado el vacío que se siente frente a la necesidad de escuchar buena música que nos haga salir del aturdimiento general provocado por la falta de artistas y la sobredosis de productos pop prefabricados.

Melodías intensas y letras con sentido que empujan a levantarse y saltar; o para los más introvertidos simplemente seguir el ritmo marcando el tempo, sintiéndose parte de cada nota, cada palabra.

Hay canciones, no importa el idioma en que se las cante... la calidad se abre paso y llega.

Con la mirada fija en el público, pisando fuerte el escenario y transmitiendo la energía necesaria para hacer saber que el vacío se llenó.

No todo es "pila pila" (gracias a Dios) ni voces perdidas entre ruidos inarmónicos.
Hay movimiento incesante bajo esa masa estándar que no deja reconocer a los que vienen detrás (¿o demasiado adelante?) con un estilo propio, diferenciador.

Desde el El final de la línea, Cínicos y Paranoicos, con Todos sus Planes y dando Otras vueltas del mareo general, ellos esperan sobresalir de la Supernada, de la música Adolescente en calidad. Quieren ser Reina y reyes, dejar de estar en la línea Bajocero sin el reconocimiento merecido, y en este caso no Hacer o Romper (sino hacer y Además romper) con lo que se considera lo único que la gente sabe aceptar en el circuito chico de bandas cordobesas.

Perdón Hyperstatic por considerar que el vacío seguía sin llenar hasta anoche en Urban Club.

Perdón Karina por no estar de acuerdo con la sentencia "Faltan canciones".

Se viene el segundo disco después de Un rato sin hablar; se vienen Buscavidas y Alunacy abriéndose paso... seguramente otros más...

Hay canciones...

Sólo hay que saber prestar atención, estar preparado para escucharlas y dejarse llevar.

Por Paola González